KATSUGEN UNDO
Katsugen Undo significa "movimiento origen de la vida, movimiento regulador, coordinación de la CVP (Cráneo Vértebras Pelvis)".
Hacer katsugen es dejarse mover espontáneamente, sintiendo cómo la CVP (Cráneo Vértebras Pelvis) quiere coordinarse. Así, se establece un diálogo espontáneo entre consciente y no consciente, voluntario e involuntario, “yo vestido” y “yo espontáneo”… dejando a un lado cualquier pretensión de corregir nada o hacer nada en especial, sencillamente acompañar nuestra manifestación espontánea.
Nuestra revolucionaria naturaleza humana nos ofrece una maravillosa posibilidad: acompañar con nuestra consciencia el movimiento espontáneo. En el katsugen, nuestro consciente presta una sencilla atención al movimiento espontáneo de nuestra CVP.
El movimiento espontáneo sólo cesa cuando la vida termina. Desde que nacemos, nos permite recuperar la coordinación de nuestra CVP frente al bloqueo de la misma. Esta capacidad se va debilitando a medida que se incrementa la TPE (Tensión parcial excesiva) y, con ella, la disociación entre el consciente vestido y el consciente espontáneo. Pero todos sabemos que, a menudo, hemos recuperado la vitalidad y la salud, gracias al movimiento espontáneo de nuestro organismo: bostezo, eructo, vómito (que nos libera de un alimento en mal estado), movimientos que realizamos sin darnos cuenta (y nos permiten recuperar la vitalidad de las zonas cansadas), respuestas instintivas (que nos salvan del peligro), determinadas asociaciones de ideas (que nos hacen sentir de nuevo las ganas de vivir),…
Noguchi se dio cuenta de esta capacidad revitalizadora del movimiento espontáneo de nuestra CVP y propuso su práctica con el nombre de katsugen undo.
Hay formas diversas para inducir la práctica, pero una vez entramos, nos vamos dejando mover de forma natural desde el impulso del eje (columna). La propia inercia del movimiento nos permite sentir qué partes dificultan la coordinación global del organismo y nos privan de movernos con mayor flexibilidad. Instintivamente el cuerpo va encontrando la forma de recuperar movimiento allí donde la energía vital tiene tendencia a quedar estancada.
Esta actitud de escucha y de dejarse sorprender en el movimiento activa una expresión propia y diferente según cada persona y su momento. Creatividad espontánea fruto de la riqueza del mundo interno que existe en cada uno de nosotros.
Practicar katsugen nos lleva a la sensación de que, sutilmente, recuperamos una parte de nosotros que nos permite percibirnos desde nuestro estado real y su necesidad de reajustarse.
En esta progresiva coordinación de las diferentes partes de la CVP, sentimos cómo se van relajando unas zonas que estaban excesivamente tensas y se activan otras, debilitadas. Percibimos nuestra particular tendencia a acumular la TPE en las mismas zonas físicas u orgánicas y con la misma sobreexcitación psÍquica, las que corresponden a nuestro taiheki. Y vamos recuperando la asociación natural entre nuestro consciente espontáneo y el vestido, reestableciéndose el diálogo en el interior de nuestro consciente y entre las distintas actividades no conscientes de nuestro organismo.
El organismo está preparado para autorregularse y si le damos un espacio para que se exprese, dispone de recursos propios para recuperarse de situaciones habituales que provocan nerviosismo, angustia, mal humor, dolor de cabeza, desgana o comida compulsiva, contrariedades que parecen insostenibles, etc.
Recuperamos una flexibilidad, olvidada o perdida frente a las distintas circunstancias de nuestra vida, que nos permite:
vivir de una manera más acorde con nuestra propia naturaleza,
percibir con mayor amplitud la realidad y nuestra relación con los demás,
y comprender y respetar la suya y nuestra propia manifestación espontánea.
Estudi Seitai
Fundación Seitai
https://www.seitaibarcelona.com
Zensei núm. 18, p. 35
Haruchika Noguchi